En las últimas décadas, la calefacción por suelo radiante se ha convertido en un sistema climático muy popular que utiliza menos energía que los sistemas de calefacción tradicionales. Este sistema de difusión térmica ofrece muchas ventajas para un óptimo confort en el hogar, local comercial u oficina, pero también tiene un mayor coste de instalación y una mayor complejidad técnica.
Para aquellos que estén considerando instalar calefacción por suelo radiante, comprender cómo funciona este innovador sistema climático y sus ventajas y desventajas será de gran ayuda para determinar si es la mejor solución para su hogar, teniendo en cuenta la funcionalidad y las necesidades presupuestarias.
¿Qué es la calefacción por suelo radiante?
Aunque la calefacción por suelo radiante se considera el sistema de calefacción más avanzado, sus orígenes se remontan al siglo I a.C. C. Los típicos baños romanos utilizaban agua caliente para calentar la olla caliente dentro de los baños y se consideran los primeros precursores de este tipo de dispositivos. Pero, ¿qué es la calefacción por suelo radiante? Básicamente, este sistema de difusión de calor consiste en una red de tuberías instaladas bajo la acera por las que circula agua fría o caliente. En el caso de los suelos frigoríficos, el calor generado se irradia sobre la superficie para calentar o enfriar la estancia.
Además de las tuberías, que suelen ser de polietileno, el suelo radiante dispone de una banda perimetral que sirve de aislamiento entre la instalación y la pared. A continuación, se recubren estos elementos con una capa de mortero y se instala sobre ella el suelo.
También existen versiones de suelo radiante eléctrico, que utilizan una red resistiva para generar calor y utilizan la electricidad como fuente de energía. Además, aunque suele ubicarse bajo la acera, también se puede montar en techos y paredes.
Beneficios de instalar suelo radiante
- Consumo de energía bajo
En los sistemas de calefacción por suelo radiante, la temperatura del agua oscila entre los 30 y los 45º, muy por debajo de la requerida por los sistemas de calefacción convencionales, que necesitan alcanzar entre el 80 y el 85%. Además, el caudal necesario para su funcionamiento también es pequeño, con diámetros de tubería entre 6 y 10 mm, por lo que su consumo energético es extremadamente bajo. La calefacción por suelo radiante puede ahorrarle entre un 10 % y un 20 % en sus facturas de energía en comparación con la calefacción tradicional.
- Confort térmico mayor
Con un sistema climático por suelo radiante, el calor (o el frío) se irradia desde el suelo y se expande hacia arriba sin flujo de aire, mejorando el confort térmico en los espacios interiores. Además, el calor se distribuye de manera más uniforme porque no depende de la posición del disipador de calor. Esta distribución del calor hace que la calefacción por suelo radiante sea la mejor solución para calentar habitaciones con techos altos.
- Ecología climática
Si combinamos el suelo con un sistema de energía térmica basado en fuentes de energía renovables como la geotermia, la aerotermia o la energía solar térmica, conseguiremos un sistema de climatización eficiente y amigable con el ecosistema.
- Exime espacio útil
Al estar instalado bajo el suelo, sin radiadores ni elementos externos, el suelo radiante es completamente invisible, permitiéndonos tener más espacio útil, lo que es muy interesante en estancias de escasos metros cuadrados. Su instalación requiere únicamente de un armario empotrado para colectores hidráulicos.
- Opción climática en frío
Aunque la calefacción por suelo radiante es su método más famoso, esta instalación también se puede utilizar como sistema de refrigeración por agua fría. De esta forma, con un único sistema conseguiremos un ambiente interior ideal en invierno y verano.
Desventajas de instalar suelo radiante
- Costo de instalación
Aunque su bajo consumo energético hace que la calefacción por suelo radiante sea una opción bastante lucrativa a largo plazo, su instalación también requiere una inversión inicial superior a los sistemas de calefacción convencionales. Instalar suelo radiante en una casa de unos 100 metros cuadrados nos puede costar entre 3.100 y 8.000 euros, dependiendo de las características concretas de cada proyecto.
- Inercia térmica
Entre las características del suelo radiante está su alta inercia térmica: el sistema tarda más en calentarse o enfriarse que un radiador, pero una vez apagado, también mantiene su temperatura durante más tiempo. Esta característica la hace apta para viviendas ocupadas o espacios de alta ocupación, pero no recomendable si se trata de una vivienda de baja ocupación o si solo necesitamos encender la calefacción unas horas al día.
- Riesgo de condensación
Si elegimos suelo radiante como sistema de refrigeración, se deben controlar los niveles de humedad para evitar problemas de condensación. En estos casos, se recomienda encarecidamente al técnico que estudie las características concretas del inmueble, teniendo en cuenta su ubicación geográfica, para que nos pueda asesorar sobre el sistema climático más adecuado.
- Dificultades técnicas
A pesar de sus grandes ventajas, la calefacción por suelo radiante también es técnicamente más compleja de instalar y mantener que un sistema normal de calefacción o aire acondicionado. Por ello, siempre se recomienda ponerlo en manos de un instalador profesional cualificado con los conocimientos y experiencia necesarios para realizar este tipo de trabajos. Además de la instalación, las inspecciones periódicas de la instalación también ayudarán a detectar posibles fallos a tiempo y a mantener el sistema en óptimas condiciones en todo momento.